La comprensión Potemkin en la inteligencia artificial, revelada por un estudio conjunto del MIT, Harvard y la Universidad de Chicago, pone de manifiesto que los modelos de lenguaje actuales, a pesar de sus impresionantes logros, a menudo simulan una comprensión profunda que no es genuina. Esta fachada de coherencia y razonamiento, descubierta y detallada el 1 de julio de 2025, nos obliga a reevaluar cómo medimos y confiamos en las capacidades de la IA.
La Fascinante Paradoja de la Inteligencia Artificial Actual
Los modelos de razonamiento de lenguaje (LRM) como Llama-4, Claude-3.5, GPT-4o y Gemini han alcanzado niveles de sofisticación que asombran. Sus respuestas en áreas complejas como la técnica literaria, la teoría de juegos o los sesgos psicológicos son, a primera vista, impecables. Sin embargo, cuando se les exige aplicar ese conocimiento en contextos nuevos o en tareas más prácticas, surgen errores inesperados. Este es el corazón de la «comprensión Potemkin»: la capacidad de ofrecer definiciones perfectas y respuestas teóricas, sin una verdadera aplicación o dominio conceptual.
¿Qué es la Comprensión Potemkin en la IA?
El término «comprensión Potemkin» hace referencia a un fenómeno donde los modelos de IA pueden definir conceptos con precisión casi perfecta, pero fallan estrepitosamente cuando se les pide aplicar dicho conocimiento en un contexto distinto o en una tarea práctica. Imagina que una IA describe a la perfección la estructura de un soneto o el uso de una figura retórica, pero es incapaz de componer un poema original siguiendo esas reglas o de modificar un texto aplicándolas. No es un simple error fáctico, sino una incapacidad para transferir el conocimiento de la teoría a la práctica.
¿En Qué se Diferencia de las Alucinaciones de la IA?
Es crucial distinguir la comprensión Potemkin de las alucinaciones de la IA. Las alucinaciones son fallos fácticos; la IA «inventa» información o proporciona datos incorrectos sin base real. La comprensión Potemkin, por el contrario, no es una invención, sino una coherencia fingida. Es como si el modelo superara un examen teórico de forma brillante, pero careciera de la capacidad para aplicar esa lógica de manera consistente en situaciones nuevas. La información que maneja es correcta, el problema radica en su aplicación.
Las Pruebas que Revelan la Falsa Comprensión
El estudio que puso de manifiesto la comprensión Potemkin ofrece cifras reveladoras. Los modelos de IA lograron definir conceptos con una precisión del 94%. Sin embargo, al pasar a tareas de aplicación, el éxito se desvaneció:
- 55% de fallos al clasificar ejemplos basándose en definiciones previamente proporcionadas.
- 40% de errores en tareas de generación o modificación de contenido, donde se les pedía seguir el concepto aprendido.
Estos resultados son un claro indicio de que la memorización de patrones prevalece sobre un razonamiento genuino. La IA puede identificar técnicas literarias en un texto de Shakespeare de forma impecable, pero si se le pide que cree o modifique un poema con esas mismas características, las limitaciones se hacen evidentes.
Ejemplos Prácticos: Definir vs. Crear y Modificar
Uno de los ejemplos más ilustrativos de este fenómeno se observa en tareas literarias. Un modelo de lenguaje puede definir correctamente la estructura de rima ABAB o identificar una técnica poética específica en un soneto. Sin embargo, al solicitarle que escriba un poema con rima ABAB o que adapte un texto según una regla estilística determinada, el modelo tropieza. Esto sugiere que no está «comprendiendo» el concepto en un sentido humano, sino más bien aparentando dominarlo a través del reconocimiento de patrones y la recuperación de información.
El Engaño de los Benchmarks
La confianza en los benchmarks como medida de la verdadera comprensión de la IA es otro punto crítico. Tradicionalmente, se han adaptado tests diseñados para humanos a la IA, y un alto rendimiento en estos exámenes se ha interpretado como una señal de inteligencia. Sin embargo, los investigadores señalan que este éxito puede ser simplemente una «comprensión Potemkin»: los modelos se ajustan para aprobar las pruebas, no para entender. Keyon Vafa, coautor del estudio, enfatiza la necesidad de desarrollar nuevos métodos de evaluación que vayan más allá de las preguntas humanas y que realmente distingan la capacidad de razonamiento genuino de la mera imitación de patrones.

Memorización Frente a Razonamiento Genuino
La preocupación sobre la fiabilidad de las pruebas de IA no es exclusiva del estudio del MIT. Una investigación de la UNED en España, realizada el pasado año, analizó el comportamiento de modelos como OpenAI o3-mini y DeepSeek R-1, revelando una tendencia preocupante hacia la memorización de datos en lugar de un razonamiento auténtico. Cuando se introdujo una opción genérica, como «Ninguna de las anteriores», en los tests, la precisión de todos los sistemas analizados disminuyó notablemente.
Este hallazgo es especialmente alarmante porque un modelo con razonamiento crítico debería ser capaz de descartar opciones inválidas. Sin embargo, si su «conocimiento» se basa en la memorización de patrones, cualquier cambio sutil en estos puede llevar al fracaso. Julio Gonzalo, catedrático y coautor del informe de la UNED, advierte sobre el peligro de sobrevalorar estas métricas y la facilidad con la que pueden ser manipuladas por la presión del sector, lo que podría llevar a las empresas a optimizar sus modelos únicamente para el rendimiento en benchmarks, sin una mejora real en la comprensión conceptual.
El Impacto en la Evaluación y el Futuro de la IA
Las limitaciones de la comprensión Potemkin tienen implicaciones significativas para el desarrollo y la implementación de la IA. No podemos confiar ciegamente en los reportes de precisión o en los éxitos en pruebas estándar. Es fundamental que la comunidad científica desarrolle nuevas formas de evaluar la inteligencia artificial, centrándose en la capacidad de los modelos para aplicar conceptos a contextos variados y para demostrar una comprensión real, en lugar de una mera reproducción de datos o patrones.
Solo así podremos distinguir entre una IA que verdaderamente «entiende» y otra que, simplemente, «aparenta» hacerlo. En la era de los modelos de lenguaje avanzados como Llama-3.3, Claude-3.5, GPT-4o o DeepSeek, recordar esta distinción es clave para construir sistemas de IA más robustos y confiables. La verdadera inteligencia no reside en la memorización perfecta, sino en la capacidad de aplicar el conocimiento de forma flexible y creativa en situaciones nuevas.