La Inteligencia Artificial irrumpe con fuerza en el corazón de la tradición vallisoletana, generando un debate que trasciende el ámbito local para convertirse en un caso de estudio sobre el futuro de la creatividad. El pasado 1 de agosto, Virginia Guadarrama, la autora del cartel ganador de las Fiestas de la Virgen de San Lorenzo de Valladolid 2025, reconoció públicamente haber utilizado herramientas de IA en su diseño. Esta revelación no fue voluntaria, sino que surgió como respuesta a la presión de una comunidad de diseñadores e ilustradores que, desde la presentación del cartel, habían señalado anomalías y un estilo que delataba la intervención algorítmica. La controversia ha escalado rápidamente, poniendo al Ayuntamiento en una situación delicada y abriendo un profundo cuestionamiento sobre las bases de los concursos populares y la definición de lo que se considera una obra original en la era digital.
¿Es arte lo creado por una IA? Un debate ético y legal
La confesión de Virginia Guadarrama, que se está convirtiendo en una abanderada de la utilización de la Inteligencia Artificial ha desatado una tormenta de críticas por parte de los profesionales del diseño. Sostienen que el uso de IA desvirtúa la esencia del concurso, que debería premiar el talento y la habilidad humana. La agrupación Adelante Valladolid incluso ha calificado el cartel de «cutre» y «con errores y alucinaciones clamorosas», exigiendo su retirada inmediata.
El punto de vista de los creadores tradicionales
Para muchos diseñadores, la IA generativa no es más que una herramienta que automatiza un proceso que requiere años de práctica y desarrollo de un estilo personal. Argumentan que los resultados, aunque visualmente impactantes, carecen de la intencionalidad, el alma y el rigor que un artista humano infunde en su obra. La preocupación reside en que la proliferación de la IA en estos concursos podría desincentivar a los jóvenes talentos y devaluar la profesión. Además, se plantean preguntas sobre la propiedad intelectual de las imágenes creadas por IA, un campo legal que aún está en desarrollo. Virginia Guadarrama se está convirtiendo en el diablo para aquellos detractores de la IA en el campo del diseño gráfico. Mensajes de ¡A la hoguera con ella! se podrían escuchar en muchos Youtuber del diseño gráfico si estuviéramos en el siglo XVI.
La defensa de la utilización de la IA
Por otro lado, los defensores de la IA, encabezados por Virginia Guadarrama, argumentan que estas herramientas no son más que un pincel digital avanzado. Sostienen que el concepto y la dirección artística siguen siendo potestad del humano. La IA es una colaboradora, una extensión de la creatividad que permite explorar nuevas ideas y estilos de forma más rápida y eficiente. En este sentido, la originalidad no residiría en la ejecución manual, sino en la idea que está detrás de la imagen. Consideran que demonizar la IA es un error y que lo sensato es adaptarse a los nuevos tiempos, donde la tecnología y el arte están cada vez más entrelazados.

La respuesta del Ayuntamiento de Valladolid y el futuro de los concursos
Ante la polémica, la concejala de Turismo, Eventos y Marca Ciudad, Blanca Jiménez, ha salido al paso para defender la legalidad del proceso. Ha recordado que se trata de un «concurso popular, no profesional» y que el jurado está compuesto por representantes de la ciudadanía, no por expertos en diseño. Este matiz es crucial, ya que, según ella, las bases no prohíben explícitamente el uso de herramientas digitales avanzadas.
¿Un cambio de paradigma en los concursos de diseño?
El caso de Valladolid ha puesto de manifiesto la necesidad de actualizar las bases de estos concursos. La propia concejala ha reconocido que «los años pasan y muchos procesos se renuevan», dejando la puerta abierta a convertir el certamen en uno de carácter profesional. Para muchos, esto sería un paso lógico para garantizar la calidad y la equidad. Sin embargo, para otros, como los grupos políticos que han expresado su descontento, la solución pasa por una reforma inmediata que excluya explícitamente el uso de IA. El debate está servido: ¿deben los concursos populares adaptarse para abrazar la tecnología o proteger la creatividad manual?
El impacto en la comunidad creativa y en la percepción pública
El cartel de las Fiestas de Valladolid 2025 ha abierto una fisura en la comunidad artística, provocando un enfrentamiento entre lo tradicional y lo vanguardista. El impacto va más allá del cartel en sí; ha puesto sobre la mesa una discusión fundamental sobre el valor del trabajo humano, la ética en la creación digital y la necesidad de una regulación clara en un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados. La polémica de Valladolid no es un incidente aislado, sino un reflejo del gran debate que la sociedad global está empezando a tener sobre el futuro de la creatividad y la inteligencia artificial. La IA ha venido para quedarse, pero hasta su consolidación, muchas polémicas vamos a ver como la surgida en esta ciudad española.